El reciente ascenso del empresario cubano-estadounidense Hugo Cancio, y su empresa Katapulk Company, ha establecido sorprendentes paralelismos con el ascenso de los oligarcas durante la era de Boris Yeltsin en la Rusia postsoviética. Esto se produce en medio de un período de aumento de la inversión extranjera en Cuba, una nación que sigue lidiando con su singular dinámica sociopolítica.
Hugo Cancio, un nombre que ahora es sinónimo de influencia empresarial en Cuba, ha dado pasos significativos para consolidar su influencia en el mercado cubano de vehículos y maquinaria. En particular, sus vínculos con los dirigentes cubanos están a menudo bajo la lupa, lo que recuerda la intrincada red de negocios y política que caracterizó a Rusia en la década de 1990.
En un audaz movimiento a principios de agosto, Katapulk Company anunció una ampliación de su gama de productos. Su tienda en línea, dedicada desde mayo a los entusiastas de los coches y los monovolúmenes, cuenta ahora con una gama que incluye camiones, motocicletas y maquinaria agrícola y de construcción. Esta rápida diversificación y expansión han posicionado a Cancio como un actor formidable en el floreciente panorama capitalista cubano.
La nueva empresa parece beneficiarse de la estrategia global del Departamento de Licencias de Comercio de Estados Unidos. Como se indica en la plataforma digital “On Cuba” de Cancio, la intención es clara: “facilitar la relación con sus clientes” a través de una plataforma web específica, que muestre un catálogo exhaustivo de productos, con información detallada sobre sus precios.
Por ejemplo, los camiones tienen un precio que oscila entre los 36 000 y los 62 000 dólares. Los vehículos más grandes, como el autobús de 56 plazas, tienen un precio de 72 300 dólares. El segmento de los turismos abarca desde el Chevrolet Cruze 2018, más asequible, con 16 800 dólares, hasta el Toyota Highlander L 2023, de gama alta, con un impresionante precio de 47 000 dólares.
Pero la visión de Cancio va más allá de los vehículos. Reconociendo el vacío tecnológico del sector agrícola cubano, Katapulk ofrece una plétora de tecnologías agrícolas avanzadas. La oferta abarca desde modernos equipos de cosecha y cargadores frontales hasta intrincados sistemas como vallas eléctricas y mecanismos de riego. Además, la plataforma ofrece un amplio inventario de ropa, piezas y accesorios agrícolas.
Para quienes se encuentren en el extranjero o busquen servicios especializados, Katapulk ofrece canales de contacto dedicados tanto en La Habana como en Miami. Este movimiento es particularmente significativo, dado el enrevesado panorama de exportación-importación gobernado por el estado cubano, como se detalla en el Diario Oficial 16 Extraordinario, publicado el 22 de febrero de 2023.
Para garantizar la transparencia, Katapulk ha delineado su estructura de pagos. Al finalizar los términos de la transacción, los compradores deben transferir los pagos en dólares directamente a la cuenta bancaria de Katapulk. Los cargos posteriores relacionados con las entidades importadoras cubanas se gestionan en CLM y pesos cubanos.
Reflexionando sobre la creciente influencia de Katapulk, Cancio destacó su aspiración de profundizar las raíces de su empresa en el tejido económico cubano. “Ofrecemos a las formas de gestión que coexisten hoy en Cuba la posibilidad de adquirir equipos específicos, fomentando así el crecimiento y la productividad”, señaló durante un reciente anuncio.
Con Katapulk superando ya a muchas empresas estatales, la trayectoria de Cancio evoca recuerdos del apogeo de los oligarcas rusos, una narrativa que merece una atenta observación.
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