Estados Unidos vetó una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que exigía un alto el fuego inmediato. Esta decisión ha dejado a Estados Unidos diplomáticamente aislado, ya que trece de los quince miembros del Consejo apoyaron la resolución, con la única abstención de Gran Bretaña.
El conflicto, que enfrenta a Israel con el grupo islamista Hamás, respaldado por Irán, se ha agravado dramáticamente. El número de muertos palestinos ha aumentado considerablemente a medida que Israel amplía su ofensiva en el enclave de Gaza. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha descrito la situación como una “pesadilla humanitaria en espiral”, haciendo hincapié en la terrible situación de los civiles en Gaza.
El embajador adjunto de Estados Unidos ante la ONU, Robert Wood, defendió el veto argumentando que el alto el fuego propuesto no sería sostenible y podría dar lugar a futuros conflictos. La postura de Estados Unidos es que las pausas temporales, que se han aplicado anteriormente, son más eficaces, aunque los últimos intentos de este tipo de pausas se han venido abajo.
La oposición de Estados Unidos e Israel a un alto el fuego se basa en la creencia de que beneficiaría a Hamás. Israel ha prometido continuar su ofensiva hasta neutralizar a Hamás, que lanzó un mortífero ataque transfronterizo el 7 de octubre. Por el contrario, el enviado palestino a la ONU, Riyad Mansour, advirtió de que el veto estadounidense pone en peligro millones de vidas palestinas.
El veto ha suscitado críticas en todo el mundo. Funcionarios de Hamás condenaron la decisión estadounidense por inhumana, mientras que Irán, principal partidario de Hamás, acusó a Estados Unidos de contribuir al sufrimiento de los palestinos. A pesar del veto, Estados Unidos ha expresado su preocupación por la crisis humanitaria en Gaza, y la Casa Blanca y el secretario de Estado Antony Blinken han instado a Israel a hacer más para proteger a los civiles.
Mientras los combates no cesan, la situación humanitaria en Gaza se agrava. La mayor parte de la población se encuentra desplazada, los hospitales están desbordados y los suministros esenciales escasean. La campaña militar israelí ha causado miles de víctimas palestinas, mientras que Israel también ha sufrido importantes pérdidas.
El veto de Estados Unidos pone de relieve la complejidad de los esfuerzos diplomáticos en la región y suscita preocupación sobre las perspectivas de una resolución pacífica del prolongado conflicto.
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