Praga, símbolo de encanto histórico y cultura, se enfrentó el jueves una tragedia desgarradora cuando un estudiante de 24 años desató el terror en la Facultad de Letras de la Universidad Carolina. El incidente, ocurrido en el bullicioso corazón de la capital checa, cerca de la plaza Jan Palach, ha sido declarado el peor tiroteo masivo de la historia del país, con 14 muertos y 25 heridos.
El apacible ambiente académico se convirtió en una escena de caos hacia las 15:00 hora local, cuando David Kozak, el autor de los disparos, empezó a disparar en los pasillos y las aulas. Alumnos y profesores, atrapados en una pesadilla, corrieron en busca de seguridad. Algunos utilizaron muebles para atrancar puertas, mientras que otros, en un intento desesperado por escapar, fueron vistos en las redes sociales colgando de cornisas y saltando para ponerse a salvo.
Entre los que estaban dentro se encontraba el estudiante Jakob Weizman, que relató la angustiosa experiencia de atrincherarse con un profesor en un aula y oír cómo el pistolero revisaba metódicamente cada habitación. Fuera, el pánico se extendió a las calles. La turista estadounidense Hannah Mallicoat y el turista británico Joe Hyland relataron sus encuentros cercanos con el tiroteo, poniendo de relieve el impacto generalizado.
Kozak, que no tenía antecedentes penales, pero al que se le encontró un importante alijo de armas, es sospechoso también de otros actos violentos, entre ellos el asesinato de su padre. Esta revelación añade una compleja capa a la investigación en curso sobre sus motivos.
Las secuelas del tiroteo han conmocionado al país. El presidente checo, Petr Pavel, ha hecho un llamamiento a la unidad y ha advertido contra la explotación política, mientras que el primer ministro, Petr Fiala, ha expresado el profundo dolor del país. Se ha declarado un día de luto nacional, con las banderas a media asta y un minuto de silencio en honor a las víctimas.
El atentado, ocurrido días antes de Navidad, ha ensombrecido las fiestas. La República Checa se une así a la lista de países europeos que han sufrido tragedias similares, siendo este incidente uno de los más mortíferos.
La Universidad Carolina, fundada en 1347 y piedra angular de la educación europea, se enfrenta a la ingente tarea de sanar y reconstruir tras esta violencia sin sentido. La comunidad, tanto local como internacional, se ha unido en señal de duelo, con vigilias y homenajes. Mientras los investigadores reconstruyen la secuencia de los hechos y los motivos del pistolero, un país se enfrenta a la realidad de una tragedia que ha cambiado para siempre la vida de muchas personas.
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Por Nieves Roger
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