Se equivocaba Santiago Feliú, se equivocaba. Aquel Quijote comunista no iría a parar a ninguna parte.

Se equivocaba Santiago Feliú, se equivocaba. Aquel Quijote comunista no iría a parar a ninguna parte.
Este dosier podría llamarse: “Los poetas cubanos recomiendan”. Pero entonces sería traicionera con el tiempo perfecto de la poesía.
A sus abuelos ―nosotros― el régimen los chantajeaba de niños con que el KKK nos esperaba en Estados Unidos para lincharnos. Lo natural es, entonces, que hoy los nietos ―los nuestros― se disfracen indolentemente de ese mismo KKK. No sólo es lo natural, sino también lo marxista.
Los cargos incluyen agresión a agentes, entrada violenta en el Capitolio y otros delitos graves.
Los documentos desclasificados de Epstein alegan vínculos con Clinton y otros, suscitando una intensa polémica; la periodista Julie K. Brown analiza las implicaciones en NPR.
Fragmento de la novela ‘Training Days / Días de entrenamiento’, reproducido en exclusiva por ‘Hypermedia Magazine’ con la autorización de su autor.
Los derechos culturales incluyen el derecho de toda persona a participar y disfrutar de la vida científica y cultural, así como el de los creadores e investigadores a la protección de la propiedad intelectual sobre su obra.
El decreto amplía esta oportunidad no sólo a los militares, sino también a sus familiares directos, incluidos cónyuges, hijos y padres, ofreciéndoles una vía rápida hacia la ciudadanía.
Ahora que me estoy muriendo quiero volver a Santa Clara. / Esta noche voy a El Condado. / Voy a la calle ancha, Rodrigo, a encontrarme con la Fefi.
Cierta vez, reconocido por uno de mis perjudicados, tuve que escabullirme entre el gentío del Downtown de Miami huyéndole a las voces y gestos que me acusaban de embaucador. Hubo quienes, como es natural en estos casos, se me quedaron mirando; pero yo, sin aminorar el paso, miraba hacia el cielo para confundirlos.
Las fresas de mi casa-país llevan años con un sabor amargo. Las temporeras marroquíes que recogen las fresas allá en Huelva, malviven en chabolas y son violadas por los capataces. Los empresarios españoles apenas contratan a europeas del Este para esta labor. No las prefieren rubias. Las prefieren dóciles, pobres, rurales, con hijos a cargo y analfabetas. Las prefieren marroquíes.
La idea es sencilla: cada día, durante los próximos cuarenta, publicaré aquí la versión de un poema que nos ayude a pensar el confinamiento. Rutina, refugio, exploración… Que cada lector escoja el uso que quiere dar a este diario en clave.
La enfermedad nos lleva siempre a la verdadera naturaleza de la existencia, que es la soledad. Por hacernos acompañar somos capaces de organizar toda nuestra vida. Hasta el más desahuciado de los seres tiene un asidero; abandonarlo significa, por lo tanto, haber perdido toda esperanza.