Los días de San Valentín de hoy, no son los mismos de antes, en La Habana del asombro, en La Habana-regazo.
Los días de San Valentín de hoy, no son los mismos de antes, en La Habana del asombro, en La Habana-regazo.
Estar consciente, ‘woke’, es echar limón sobre esa heridita en el dedo que no sabías que tenías. El precio a pagar por esta híper consciencia es el agotamiento.
Los mártires mueren sin renunciar a su causa o sus ideas, y Plácido siempre dijo que era inocente.
“Este libro publicado por Casa Vacía es, sin lugar a dudas, un epitafio, el del propio Jorge Enrique o el secreto mejor guardado de la literatura cubana”.
“Y
Durante años, tuve muchísimo miedo de mencionar la carta. Los amigos íntimos de Mendieta me habían contado muchas historias aterradoras sobre el Sr. Andre. Nunca lo había conocido, pero sabía que era un famoso artista anglosajón, que también podía ser un asesino.
De las hábiles manos de Nicolás no sólo salían las piñatas para los cumpleaños de todos los chamas de la cuadra, sino también, ¡maravilla de maravillas!, modelos en madera de barcos y aviones, a escala y con lujo de detalles.
‘Distintos modos de contar ovejas’ es una entrega de la serie ‘Epizootia’, una columna de la artista Camila Ramírez Lobón en ‘Hypermedia Magazine’.
“No la interrumpo / dejo que pinte / todo / lo que se vuelve tangible./ Me asusto / y respiro / para saber / si aún / soy espesor”.
Se me antoja un paralelismo entre el reino animal, salvaje, con sus reglas propias, y el modo cívico en la convivencia humana de hoy. Y en todo esto aparece y me estremece sobremanera la figura de Ariel Ruiz Urquiola.
La obra de Juan Miguel Pozo es el lugar de la libertad perfecta, esa libertad que es el privilegio de los artistas auténticos: «¿Puedes tener una lista de ideas comprometidas mientras estás en la lista VIP de todas las ferias internacionales? ¿Se les puede pedir a los artistas lo mismo que a los políticos?».
Apareció la oportunidad: las apps de citas. Para asiáticos, latinos, para toda “raza”, denominación o creencia. Hace un año, la aceptación de este tipo de cosas en EE. UU. era de un 29 %. Pero en un país donde no hay tiempo para casi nada, no importa la aceptación. La usas y ya. “Es un entretenimiento, qué puede pasar…”.
Las obras de Jeine Roque se revelan como auténticos palimpsestos de símbolos y de sentidos. Su apariencia es siempre tramposa: esconden algo más que se le niega a la evidencia del ojo. Tejen una sofisticada trama y una urdimbre en la que los elementos del vocabulario visual van construyendo desvíos retóricos y asociaciones aleatorias.