La hostilidad como recurso digital.
Cada vez veo más la literatura cubana como si fuera una suerte de retablo infantil.
Voces críticas dentro y fuera de Cuba claman porque la cultura cubana se libere del secuestro de la memoria y de la expresión creativa.
Una obra radiográfica de una existencia plagada de vacíos, de espasmos: sus lienzos son un flashback del pasado que aún nos persigue.
La vida de Dulce María Loynaz revela cómo su poesía anticipó el silencio, la soledad y la pérdida que marcarían su destino.
Un año después, los expertos evalúan el conflicto entre israelíes y palestinos.
Esta entrevista forma parte del libro en proceso de preparación ‘Voces imprescindibles: autores cubanos del siglo XXI’.
La fuerza estadounidense no sacará a Maduro del poder, pero la diplomacia estadounidense quizá sí.
Cuba era un país donde la carrera de un pelotero no se decidía en el estadio Latinoamericano, sino en alguna oficina con aire acondicionado del PCC.
Martí es nuestro equipo de fútbol, una suerte de grandeza manejable, a falta de la real, la de todos los días de un país normal.
Cuba, que había marchado con Casal y con José Martí al frente del movimiento modernista, estaba llamada a perder su supremacía.
Aplaudir ya es un acto intrínsecamente de izquierda. Como debatir. Como dialogar. Como cualquier tipo de cónclave o congreso. Como cualquier organización pública que involucre a más de un individuo.
La Revolución es tan grande que, en oportunidades de absoluta obnubilación, llega uno a la ausencia de lastre. Eso se llama ingravidez.
Cómo la URSS recurrió al comercio en la sombra y al espionaje industrial para eludir las sanciones occidentales.
Hay algo profundamente violento en un maniquí moderno.
La gente de ‘la cultura’ suele ser estúpidamente esnob y, mucho más, cierta izquierda latinoamericana que sufre complejos de inferioridad.
Incluso bajo la lectura más optimista de la revolución MAGA, Trump ya ha causado un daño duradero a las instituciones, las alianzas y la reputación moral de Estados Unidos.
“… Maduro debería tener cuidado. Esta vez, el final podría ser diferente”.
The Economist: “Cada vez parece más probable que la esperanza en Venezuela vuelva a ser aplastada. Los venezolanos de a pie pagarán el precio”.
Un nuevo episodio, de este, tu podcast, La pastilla.
Pavel Giroud es director y guionista de cine cubano radicado en España. Entre otros filmes, es director del documental ‘El caso Padilla’ (2022), sobre la autoinculpación del poeta Heberto Padilla, del que conversa en esta entrevista.
La actriz María Isabel Díaz (La Habana) es la primera “chica Almodóvar” cubana por su papel en la película ‘Volver’. Recientemente estrenó ‘En los márgenes’, ópera prima de Juan Diego Botto, donde comparte reparto con Penélope Cruz, Juan Diego Botto y Luís Tosar.
¿Por qué el paisaje de la ciudad que conocemos, día tras día, se nos hace más distante?
Para que alguna voz de mujer exclame desde lo más profundo de su impotencia y su necesidad: “pongan la corriente, repinga”.
“La historia es siempre una caja de sorpresas, y si al final el régimen cubano cae por la falta de luz, trágica metáfora, será la segunda dictadura víctima de Chernóbil”.
Un pretexto para conocer en voz propia sobre los destinos del desterrado, el exiliado, el ausente, el censurado, el expatriado.
“Mis “peces” son ‘Monstruos’, los he nombrado así, y de igual forma se llama la especie. En ocasiones estos seres dominan a las mujeres y viceversa. Tienen forma fálica o pueden ser híbridos”.
“La Cuba contemporánea necesita muchas cosas: medicinas, comida, condiciones dignas, libertad para emprender y vivir una vida (aunque sea en su modo más elemental) que valga la pena y de la que cada cual sea responsable”.
Bascó, que llevaba sobre los párpados toda la tristeza del mundo y el peso neto del no ser propio y ajeno en la mirada, es el único cubano que da cierta idea del Buda.
Quiere hacer el viaje cual Dante caribeño, sin Virgilio y con una Beatriz incrédula.
Descubrimos en la ciudad de Holguín a la joya dormida de nuestras letras, a la ‘Dama de la poesía holguinera’, a quien mejor supo combatir, desde otro encierro voluntario, la saña del comunismo en todo el Oriente del archipiélago.
Contemplar la profundidad del otro como extensión de nuestro propio abismo.
“Cuando llegué a Miami hace un año, me vi flotando. No tenía casa, no tenía documentos, no tenía trabajo, no tenía dinero, no tenía amor y no tenía país”.
Con su técnica excelente y su goce singular de pianista acuariana, Diana Carbonell Avtodiychuk genera una danza con sus dedos.