Me hace gozar de un modo indefinible, / Yo, que siento por él; yo, que le llamo, / ¡Yo creo en el amor, porque yo amo!

Me hace gozar de un modo indefinible, / Yo, que siento por él; yo, que le llamo, / ¡Yo creo en el amor, porque yo amo!
El desmayo es una suspensión del yo. A eso hay que aspirar en la escritura, aunque se hable en primera persona.
Si hay un proceso interesante en las artes visuales en Cuba, es la evolución de la representación plástica de la figura y presencia social del negro.
Los chismes, los inuendos, los insultos y los bretes están de más. No participemos en las campañas de desinformación y descrédito de la Seguridad del Estado.
Escucha a alguien que lo llama. Pudiera ser su madre o su perro. No lo sabe y no mira atrás.
“Una investigación sobre el brebaje de multimillonarios, islamistas e izquierdistas detrás de las protestas universitarias”.
La esperanza y el cambio. El mensaje está claro: construir un mundo nuevo y mejor con los fragmentos del pasado.
En un tiempo donde los algoritmos persiguen tendencias y la atención se diluye, lo que sigue importando es el trabajo lento de construir una vida al servicio de la expresión.
Pongamos que el vestido le ha servido de segunda piel, aquella con la que ha podido no ya camuflarse, sino habitar desde el arte las adversidades de la emigración o el exilio.
Cuando las masas digitales comenzaron a atacar a Carlos Alberto Montaner, comprendí que algún resorte había estallado en secreto en nuestra alma nacional.
Increíble. Las Leylands eran la civilización occidental hecha guagua rodante sobre el asfalto de La Habana.
El libro analiza la obra de varios intelectuales cubanos a los que el autor asocia con la idea de reforzar la decencia de la República para evitar la injerencia de los Estados Unidos.
Leerlo no agota. Es ágil. Agreste, agorero. Y cómico como carajo. Al terminar, puede comenzarse fácilmente por el principio.
Algunas vacunas requieren más de una dosis. Los niños pueden recibir hasta 27 inoculaciones antes de los 2 años y cinco inyecciones a la vez.
A veces siento miedo de que un día queramos irnos de aquí y que no nos sea posible.
Increíble. Las Leylands eran la civilización occidental hecha guagua rodante sobre el asfalto de La Habana.
El plan tiene un costo estimado de $25.000 millones y recomienda tácticas agresivas para deportar rápidamente a 12 millones de personas.
“La actual caída de Venezuela en el caos económico y político es un ejemplo de la peligrosa influencia que la riqueza en recursos puede tener en los países en desarrollo”.
Europa está en alerta máxima tras una serie de presuntos atentados y de sabotajes vinculados a Moscú, que hacen temer intentos rusos de desestabilizar el continente.
La frontera con Egipto en el extremo sur era la única frontera terrestre de la Franja de Gaza que Israel no controlaba directamente.
Eliécer Ávila (Puerto Padre, Cuba, 1985) es activista por los Derechos Humanos, analista, comunicador y empresario. Vive exiliado en Miami.
Lo nuestro con Cuba es un bendito ciclo. Es como darle vueltas a la isla a remos una y otra vez, solo que no por el mar Caribe, sino por un mar de nostalgia, pero sobre todo de dolor.
Me llamo Carolina Claudia Barrero Ferrer. ¿Quién es esa persona que se llama así? No tengo respuesta para esa pregunta.
Ya mi país-hogar, tal como lo recordaba, se esfumó. También emigré, aunque mi cuerpo permanezca.
El Festival Internacional de Cine y Medio Ambiente del Caribe Isla Verde suma otro ensayo en la cruzada por la recuperación de capital simbólico de la casta política en el poder, facilitado por la complicidad de organismos y organizaciones internacionales.
¿Más disturbios? No, lamento decepcionar a esos que quieren ver el mundo arder y a Cuba sumida en una guerra civil o algo peor.
“Cubanos de Cuba y cubanos de ultramar corremos el riesgo de monopolizar la verdad”.
“Soy, más que nada, una espectadora del teatro y de la performance social y política”.
“Me refiero a contar la Cuba de Cuba, para contar ese país, hay que estar aquí. Lo otro es opinión, información, activismo, cualquier otra cosa, que también son válidas, pero no tienen el mismo valor periodístico”.
La joven, fotógrafa gótica y surrealista, posaba con su cuerpo desnudo, envuelto en transparencias, ante el ojo de la cámara.
El éxodo como escaramuza fútil de una mente atormentada contra sí misma. Como un placebo triste, un autoengaño.
Me di cuenta del potencial que se ha perdido en décadas, por culpa del decadente sistema socialista de enseñanza.