Enrique Patterson es un ensayista, periodista y activista, conocido por su análisis de la realidad cubana. Patterson es presidente del Instituto de Estudios Cubanos.
Enrique Patterson es un ensayista, periodista y activista, conocido por su análisis de la realidad cubana. Patterson es presidente del Instituto de Estudios Cubanos.
A pesar de la presión internacional, las autoridades israelíes siguen resueltas en su misión de neutralizar a Hamás, en represalia por el atentado del 7 de octubre.
¿Cuánto pesó en su deslealtad a Estados Unidos, el pasado de Víctor Manuel Rocha?
Sería en esa perspicacia, en ese olfato de perro pavloviano, donde único se conserva la cubanía, si es que aún existe esa glándula.
Leerlo no agota. Es ágil. Agreste, agorero. Y cómico como carajo. Al terminar, puede comenzarse fácilmente por el principio.
El ODC denuncia la manipulación y el lavado de significado de los Derechos Humanos en Cuba.
Para nosotros, el mar es la ruta de una esperanzada desesperanza.
En el corto-medio plazo, Venezuela será libre o será totalitaria a nivel castrista. Occidente debe apostarlo todo a la primera opción.
La locura de Boris Santiesteban es el principio de locura, activo, persistente. Sucesos que rondan la cabeza como espías rabiosos: la soledad en el mar, la noche oscura, el oleaje furioso, las aciagas aletas de los tiburones a menos de cinco metros, el hambre, la sed, el orine bajando por la garganta.
“No saber si la cercanía de los estímulos es el borde que tanto he temido”.
Ella, con sus huesos de gacela, era la presa perfecta. Aunque puede que solo fuera su estrategia, no sé. Hay animales que prácticamente se dejan cazar, pero es solo una estrategia para engañar a la fiera. Para fascinarla.
Lincoln, disfrazado de verde olivo, debería reposar dentro del cambolo sacro de Santa Ifigenia. A su vez, bien pudiera ser el comandante confederado Fidel quien se sentara en el mármol magno de Washington, D. C.
Hamlet Fernández es profesor, investigador y crítico de arte. Doctor en Ciencias sobre Arte por la Universidad de La Habana y posdoctor en Educación por la Universidad de Uberaba, en Brasil.
El “Juego de la Green Card” se sumerge en el enmarañado proceso de inmigración estadounidense, desafiando a los jugadores al tener que “esperar en la cola”.