Cuatro hombres acusados por el atentado de Moscú, dos se declaran culpables. ISIS reivindica la autoría. Putin culpa a Ucrania.

Cuatro hombres acusados por el atentado de Moscú, dos se declaran culpables. ISIS reivindica la autoría. Putin culpa a Ucrania.
Muchos cubanos le otorgábamos cada año el Nobel de Literatura al novelista checo. Cada octubre era una nueva oportunidad de abominar de la miopía de la Academia sueca, o de su mezquindad.
La respuesta de Biden a la presencia militar china en Cuba refleja los errores de Carter en la época de la Guerra Fría, según un artículo de ‘National Review’.
Alejandro Armengol nació en Cuba y vivió en Estados Unidos desde 1983. Periodista y escritor. Se desempeñaba como director editorial de Cubaencuentro.
La negligencia fiscal y las erráticas políticas empresariales pueden hacer descarrilar el sueño de un Singapur en El Salvador, sostiene Bloomberg.
Aunque sea improbable el antiguo sueño de una sociedad de seres individuales, libres y cultos, no es posible renunciar a tal sueño.
El interés de Trump por Marco Rubio es especialmente estratégico, teniendo en cuenta su atractivo demográfico y político.
“Nos une el hecho simple de convivir en una isla quimérica, desolada, donde reinan el agobio, el utopismo cínico, la violencia, la ocultación y la orfandad espiritual”.
“Nos hallamos frente a unas páginas de valor excepcional para quienes deseen respirar el turbio aire de esa época politizada, en que el oxígeno desaparecía rápidamente hasta dejar a una sociedad en la total asfixia”.
Mi vida ha sido otra, gracias a que no tengo una polla promedio o una polla pequeña. Ya sé que esto no suena muy políticamente correcto. Pero. Si algo no soy yo es un escritor políticamente correcto.
Empecé mis treinta años en medio de la pandemia: mayo del 2020. Este sábado cumplo treinta y uno. Este es mi trigésimo primer manifiesto, donde confieso que dentro de la intranquilidad, el miedo y el nerviosismo, he encontrado una especie de tranquilidad. Felicidades, Amanda, en tu día.
Piñera se empeñó en una empresa expresionista y ‘povera’, alternativa a lo que se esperaba de un escritor cubano. Es como Rafael Blanco y Arístides Fernández. Ni siquiera es como Fidelio Ponce: más cómodo de manejar a la hora de implementar las conspiraciones de los lugares comunes nacionalistas.
“La producción de Infraestudio ocurre en la intersección de necesidades externas con obsesiones privadas: deseos ajenos y propios. Los encargos generan las partes de un sistema abierto y las obsesiones las engranan. Cada edificio, cada instalación, cada libro es una caminata en círculos sobre las mismas obsesiones”.
“El arte como necesidad, un órgano más del cuerpo, un medio que tengo para hacer catarsis, drenar el día a día y a la vez meditar. Mi trabajo nace de lo fortuito, de ese azar concurrente que se vuelve búsqueda y encuentro a su vez”.