El sábado es el mejor día / Fresco, diáfano / Como aquellas tardes / En que mordíamos almendras / A los pies de ese árbol / Que nos protegía y nos salvaba / Del miedo a morir

El sábado es el mejor día / Fresco, diáfano / Como aquellas tardes / En que mordíamos almendras / A los pies de ese árbol / Que nos protegía y nos salvaba / Del miedo a morir
La renovada alianza de Rusia con Cuba suscita preocupación por sus implicaciones en materia de seguridad e inteligencia. Los expertos advierten de los riesgos potenciales y de las tácticas propias de la Guerra Fría.
Los corazoncitos en los ojos no te dejan ver bien. Es muy de pinga el apego.
“Parece que, además de relativo, el tiempo es algo bastante elusivo: cuando no me preguntan qué es, lo sé perfectamente; pero cuando me lo preguntan, entonces sí que no puedo definirlo”.
El Tribunal Federal de Apelaciones bloquea la ley SB4 de Texas, dictaminando que el Estado no puede hacer cumplir las leyes de inmigración.
Un tribunal británico permite a Julian Assange recurrir la extradición a Estados Unidos, alegando la necesidad de “garantías satisfactorias” sobre el riesgo de pena de muerte y los derechos de la Primera Enmienda.
“Para Orlando Luis Pardo Lazo, ser un escritor es apostar a la reescritura —el plagio, la cita, la traducción, el reciclaje en otro contexto, la parodia— como única forma de no repetir”.
La ONU exige un alto el fuego inmediato en Gaza tras la abstención de Estados Unidos, en medio de un conflicto en el que han muerto más de 32.000 personas.
60 migrantes portan una cruz a través del río Suchiate hacia México en el Vía Crucis Migrante 2024, símbolo de su lucha por alcanzar la frontera de Estados Unidos.
Traducción y versiones de “Hua fei hua”, poema atribuido a Bai Juyi, uno de los más célebres y talentosos poetas de la dinastía Tang.
La imagen desafiante de Maykel Osorbo con el brazo en alto y las esposas rotas en la muñeca, es la viva estampa del cimarrón, del esclavo que se liberta a sí mismo, y por extensión la revelación simbólica de la plantación-presidio que es Cuba.
‘Mujercitos’ te presta cualquier cosa que ayude a liberarte: un dedo para vomitar, una idea para reventar el país, una mano para masturbarte, una garganta para gritar y unos dientes para morder. A falta de carne, pieles para canalizar la rabia.
Ha muerto una persona en una de mis películas, no lo puedo creer. Su rostro estará conmigo mañana en el rodaje, y en la edición, y en la película por siempre.
“Llegó el momento en que me animé a escribir, y era un proceso muy religioso: cada ocho días teníamos que someter un texto nuevo. Ya no solo discutíamos los libros, sino que se revisaban nuestros textos, pero en una carnicería misógina increíble”.