El martes por la tarde, un grupo de unas 30 personas llegó a una remota isla de los Cayos de Florida, según confirmó la Guardia Costera estadounidense. Este incidente es el último de una serie de desembarcos de migrantes en la región, lo que llama la atención sobre el problema persistente a pesar del aumento de las medidas de seguridad.
Los migrantes llegaron pasadas las 15:00 horas a las Marquesas, una cadena de islas deshabitadas, situada a unas 20 millas al oeste de Cayo Hueso. El suboficial de 3ª clase de la Guardia Costera, Nicholas Strasburg, informó del número estimado de llegadas, aunque no se han revelado sus nacionalidades. Sin embargo, las Marquesas son conocidas como destino habitual de emigrantes cubanos que buscan refugio por mar.
Este suceso sigue a otro similar ocurrido a principios de esta semana, cuando 11 emigrantes cubanos llegaron a los Cayos. Estos sucesivos desembarcos se hacen eco de la oleada migratoria del año pasado, que puso a los Cayos de Florida en el punto de mira internacional. La afluencia procedía principalmente de Cuba y Haití, y las llegadas eran tan frecuentes que el gobierno federal cerró temporalmente el Parque Nacional de Dry Tortugas a los turistas, debido al elevado número de desembarcos de emigrantes.
En respuesta a la escalada de la situación, el gobernador DeSantis emitió una orden ejecutiva, aún en vigor, por la que se desplegaban fuerzas de seguridad estatales y efectivos de la Guardia Nacional de Florida para ayudar a las agencias federales a patrullar las aguas que rodean los Cayos. El presidente Biden aumentó este esfuerzo ordenando el envío a la zona de tripulaciones adicionales de la Guardia Costera y de operaciones aéreas y marítimas de Aduanas y Protección de Fronteras.
A pesar de estas medidas, la persistencia de desembarcos indica que el problema sigue siendo complejo. La llegada continuada de migrantes subraya la necesidad de una atención y una acción continuas para abordar las causas profundas y gestionar las implicaciones de forma eficaz.
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