Algunas ciudades de EE.UU. prohíben a los niños mayores salir a pedir caramelos

Varias ciudades estadounidenses están tomando medidas contra la participación de niños mayores en las fiestas de Halloween. Aunque Halloween es conocido por sus disfraces, sus fantasmas y, sobre todo, sus dulces, surge la pregunta: ¿hasta qué edad es demasiado mayor para pedir caramelos?

En varias ciudades hay leyes que lo dictan. Por ejemplo, en Chesapeake (Virginia), una controvertida ley de los años setenta amenazaba a los adolescentes con seis meses de cárcel si se les pillaba pidiendo caramelos. Tras una gran indignación pública, la ley fue modificada. Sin embargo, sigue tipificado como delito menor el truco o trato para mayores de 14 años.

Esta normativa no se limita a Chesapeake. Jacksonville (Illinois) y Rayne (LA) tienen leyes que prohíben a los mayores de 13 años recoger caramelos puerta a puerta. Belleville, Illinois, es aún más específica con su ley de “Solicitud de Halloween”. Prohíbe la participación a los que hayan superado el octavo curso y obliga a los mayores de 12 años a pedir permiso al alcalde o al jefe de policía si quieren ponerse una máscara o disfraz cualquier día que no sea Halloween.

Varias ciudades también imponen toques de queda para esta actividad. Taft (Texas), por ejemplo, restringe el horario de truco o trato de las 18.00 a las 20.30 horas, justificando la norma por la indeseable práctica de la itinerancia nocturna y la consiguiente presión sobre las fuerzas del orden.

Pero, ¿cuál es la opinión de los directamente afectados? Los estudiantes de secundaria. En el instituto Point Pleasant Borough de Nueva Jersey, un reportaje de la estudiante de periodismo Layla V. ahondó en este polémico tema. Kiara Bolger, profesora del centro, comentó: “Es una pregunta difícil, porque si llevas disfraz, puedes salir”, dijo, “pero si no, no tiene sentido… si no, quizá 15”.

En Peachtree City (Georgia), un artículo de The McIntosh Trail —el sitio de noticias para estudiantes del instituto McIntosh— reveló que, aunque algunos adolescentes prefieren las fiestas de Halloween o los maratones de películas de miedo, otros creen que el truco o trato sigue siendo parte de su infancia. Un estudiante de segundo año expresó: “Mi infancia fue una época importante de mi vida, creo que es genial poder conservar un poco de ella cada año a medida que crezco”.

Estas opiniones coinciden con las de muchos adultos, que no ven nada malo en que los adolescentes disfruten de la infancia durante un poco más de tiempo, sobre todo si se involucran en el espíritu de Halloween de forma responsable.










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