Un giro radical hacia la esperanza política
Dos décadas han transcurrido desde que María Corina Machado se presentó en el escenario político venezolano como una firme opositora del chavismo, enfrentando al entonces presidente Hugo Chávez con acusaciones directas. Fue conocida por su postura rígida y por aspirar a una Venezuela libre del chavismo. Sin embargo, con el paso del tiempo, su enfoque ha evolucionado.
En las recientes primarias de la oposición, Machado obtuvo un contundente respaldo, con más del 90% de los votos. Su mensaje ahora es claro: vencer al chavismo a través de las urnas. Su compromiso se acentúa con una narrativa personal: como muchas madres venezolanas, está separada de sus hijos debido al éxodo juvenil que vive el país.
Una figura en constante evolución
A pesar de pertenecer a la clase alta de Venezuela, Machado ha logrado en los últimos meses un inesperado acercamiento con amplios sectores del pueblo venezolano. Este logro parece estar respaldado por su capacidad para distanciarse de las estrategias fallidas de la oposición y renovar su mensaje y propuesta. La respuesta a su llamado ha sido abrumadora, tanto dentro del país como entre la diáspora de venezolanos.
Sin embargo, no ha sido un camino fácil para la candidata. En junio, el chavismo intentó detener su creciente influencia anunciando su inhabilitación para ejercer cargos públicos durante 15 años. A pesar de esto, su popularidad sigue creciendo y amenaza la continuidad del chavismo si se celebran elecciones verdaderamente democráticas.
En lo que respecta a su visión política, Machado propone una economía liberal, inspirada en figuras como Margaret Thatcher, Ronald Reagan y Sebastián Piñera. Su agenda incluye la privatización de la empresa pública Petróleos de Venezuela (PDVSA), la devolución de empresas expropiadas por el chavismo y una profunda reestructuración económica.
Un obstáculo político para Machado
La líder opositora se encuentra en una situación precaria. A pesar del fuerte respaldo ciudadano, expresado por muchos como “Yo te habilito con mi voto”, Machado enfrenta un obstáculo legal impuesto por el chavismo que le impide postularse como candidata en las presidenciales de 2024 contra Nicolás Maduro. Esta maniobra del chavismo, que controla muchas de las instituciones del país, busca neutralizar a sus opositores a través de tácticas legales.
Historia de persecución
Machado ha sido objeto de represión política desde 2014. Fue destituida de la Asamblea Nacional ese año, acusada de “traición a la patria” tras unirse a una delegación panameña en Washington. La Contraloría General de la República la inhabilitó para cargos públicos en 2015, citando un problema con su declaración jurada de patrimonio.
La decisión más reciente de la Contraloría, impulsada en parte por el diputado José Brito, extiende esta inhabilitación por 15 años. Alegan problemas en su declaración financiera, acusaciones de complicidad con el gobierno interino de Juan Guaidó y críticas a las sanciones estadounidenses contra Venezuela.
La esperanza reside en el apoyo internacional y nacional
A pesar de estos desafíos, Machado ha logrado resurgir en la política venezolana, conectando con una sociedad que busca liderazgo determinado frente al chavismo. El reciente éxito en las primarias, que atrajo a más de dos millones de votantes, indica un fuerte respaldo popular.
El futuro político de Machado depende en gran medida de la resolución de su inhabilitación. Si bien los recientes acuerdos entre el gobierno y la oposición sugieren una inclusividad para las elecciones, Maduro ha indicado que no tiene intenciones de levantar la sanción contra Machado.
Con la presión de Estados Unidos y el creciente apoyo de la oposición, la última palabra la tiene Maduro. La situación sugiere que, en unas elecciones verdaderamente libres y justas, con la participación de Machado, Maduro podría enfrentarse a un verdadero desafío por el poder.
Mercenarios cubanos siguen uniéndose a las fuerzas armadas rusas
Pruebas recientes refutan las afirmaciones de Cuba, mostrando el continuo reclutamiento de mercenarios cubanos por parte de las Fuerzas Armadas rusas.
