Al menos 4200 migrantes, en su mayoría cubanos, hondureños y nicaragüenses, se están preparando para formar una nueva caravana hacia Estados Unidos, programada para partir el próximo 24 de diciembre, coincidiendo con las festividades navideñas.
Este evento sigue a una caravana anterior en noviembre, que incluyó a 600 migrantes de El Salvador, Nicaragua, Honduras, Guatemala, Cuba, Colombia y Venezuela, partiendo de Tapachula, Chiapas. La creciente frustración surge de la falta de respuesta del Instituto Nacional de Migración (INM) a las solicitudes de migración, llevando a los migrantes y organizaciones como el Centro de Dignificación Humana (CDH) a tomar medidas drásticas.
En un período de menos de 48 horas, migrantes de diversos orígenes, incluyendo cubanos, africanos, haitianos, venezolanos, chinos y centroamericanos, se han inscrito en un censo, desesperados por conseguir documentos para llegar legalmente a la frontera México-EE.UU. Luis Rey García Villagrán, coordinador general del CDH, advierte que, si no hay respuesta en los próximos 10 días, se iniciará este nuevo éxodo.
La lista, que estará abierta hasta el próximo viernes, muestra una predominancia de cubanos (45%) y hondureños (25%), reflejando una diversidad de nacionalidades. García Villagrán critica la actitud del Estado mexicano, que, según él, solo ha dejado a los migrantes avanzar a pie. Exigen documentos legales por parte de un juez federal, amenazando con tomar otras medidas si no se cumplen sus demandas.
Entre los migrantes, destaca la historia de Mario Jonas Sosa, un venezolano discapacitado que huyó de la dictadura y la crisis económica en su país. Junto con su familia, atravesó ocho países para llegar a México. A pesar de su discapacidad, que requiere el uso de muletas, Sosa no se ha detenido y ahora busca legalizar su estatus en México.
Este grupo de migrantes simboliza la continua crisis migratoria en la región, destacando los desafíos humanitarios y las políticas gubernamentales en juego.
Cáritas Internacional: “Cuba se enfrenta al colapso económico y a una crisis humanitaria”
“La población sufre una dramática espiral descendente. La promesa socialista de alimentos, salud y educación ya no se cumple”.
