En medio del actual conflicto entre Israel y Hamás, el alto el fuego, que había estado al borde del abismo, se ha visto reforzado por el exitoso intercambio de prisioneros. El acuerdo, que en un principio se vio empañado por retrasos y acusaciones, supuso la liberación de un segundo grupo de rehenes y prisioneros palestinos, lo que supuso una pausa momentánea en la guerra de siete semanas.
El alto el fuego, que entró en vigor a primera hora del domingo, había peligrado anteriormente. Hamás acusó a Israel de incumplir el acuerdo, lo que provocó un retraso de horas. Este alto el fuego ha supuesto el primer respiro significativo en lo que ha sido el conflicto palestino-israelí más mortífero en décadas. Ha sido testigo de una violencia sin precedentes, destrucción y desplazamientos masivos en la Franja de Gaza y una crisis de rehenes que ha afectado profundamente a Israel.
El intercambio de prisioneros, facilitado por mediadores de Qatar y Egipto, supuso la liberación de 17 rehenes, entre ellos 13 israelíes, por parte de los militantes, y la liberación de 39 prisioneros palestinos por parte de Israel. Este intercambio pone de manifiesto la complejidad y fragilidad de la tregua.
La gravedad de la situación se hizo patente en Tel Aviv, donde miles de personas exigieron la liberación de las 240 personas capturadas por Hamás en un ataque generalizado en el sur de Israel el 7 de octubre. Este ataque fue la chispa que encendió la guerra actual. Los críticos han apuntado al primer ministro Benjamín Netanyahu por su supuesta ineptitud a la hora de garantizar la liberación de los rehenes.
La guerra se ha cobrado un alto precio. Más de 1200 israelíes, en su mayoría civiles, han perecido debido al ataque inicial de Hamás. En el lado palestino, se han registrado más de 13 300 víctimas mortales, de las cuales aproximadamente dos tercios son mujeres y menores.
El alto el fuego de cuatro días, negociado por Qatar, Egipto y Estados Unidos, es un delicado equilibrio de esperanza y aprensión. Según los términos de la tregua, Hamás debe liberar al menos a 50 rehenes israelíes, e Israel debe liberar a 150 prisioneros palestinos, centrándose en las mujeres y los menores.
Israel ha propuesto ampliar el alto el fuego, vinculándolo a la liberación de más rehenes. Sin embargo, también ha dejado clara su disposición a reanudar las acciones ofensivas si fuera necesario.
Mientras el conflicto entra en una nueva fase con este alto el fuego, la atención sigue centrada en la finalización del intercambio de rehenes. Israel ha anunciado la recepción de una nueva lista de rehenes que deben ser liberados, lo que supone el tercero de los cuatro canjes previstos. Este acontecimiento representa un paso crucial hacia la desescalada, aun cuando la sombra de la reanudación de las hostilidades se cierne sobre la región.
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