Las fuerzas israelíes han iniciado ataques aéreos sobre la ciudad más meridional de Rafah, lo que indica una posible invasión terrestre a pesar de que la ciudad sirve de refugio a más de un millón de palestinos desplazados por los combates. Este acontecimiento se produce mientras representantes de Estados Unidos, Israel, Qatar y Egipto se reúnen hoy en El Cairo para negociar un alto el fuego que prolongue la pausa de las hostilidades durante unas seis semanas y garantice la liberación de los rehenes israelíes en poder de Hamás.
La escalada en Rafah
Hasta hace poco, Rafah se había mantenido prácticamente al margen del conflicto que ha asolado la Franja de Gaza durante los últimos cinco meses. La orden del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, de que el ejército elabore un plan de evacuación de civiles de Rafah pone de relieve la gravedad de la situación, sobre todo porque el resto de Gaza está en ruinas y la frontera con Egipto permanece cerrada, lo que deja a los residentes sin una salida viable.
La comunidad internacional ha expresado fuertes objeciones a la ofensiva planeada en Rafah, con críticas surgidas incluso entre los aliados de Israel. La intensificación de las actividades militares en Gaza ha provocado una reevaluación del apoyo, como demuestran las recientes sanciones impuestas por el Reino Unido y Francia a colonos israelíes vinculados a la violencia contra palestinos en Cisjordania.
Posición de Estados Unidos
La postura de Estados Unidos en el conflicto, oficialmente inalterada, ha experimentado un cambio de tono por parte del presidente Joe Biden, que ha criticado abiertamente el impacto humanitario de las operaciones militares de Israel. Su reproche a Netanyahu sobre la invasión de Rafah, exigiendo un plan “creíble y ejecutable” para la protección de la población civil, refleja el creciente malestar internacional por la dirección del conflicto.
Implicaciones estratégicas
La atención prestada a Rafah pone de relieve los retos estratégicos más amplios a los que se enfrenta Israel en Gaza. A pesar de la destrucción generalizada de la infraestructura terrestre de Gaza, una parte significativa de las instalaciones subterráneas de Hamás, incluidas las redes de túneles, siguen operativas. Esto plantea dudas sobre la eficacia de la estrategia israelí para desmantelar las capacidades de Hamás mediante la demolición de infraestructuras y el desplazamiento de civiles.
¿Qué va a pasar?
A medida que el conflicto entra en su quinto mes sin una resolución clara a la vista, la situación en Rafah representa una coyuntura crítica. La respuesta de la comunidad internacional a la invasión prevista y los resultados de los esfuerzos diplomáticos en El Cairo pueden influir significativamente en la trayectoria del conflicto. Sin escapatoria para los residentes de Rafah y con el empeoramiento de la crisis humanitaria general en Gaza, la presión sobre Israel para que reconsidere su enfoque es cada vez mayor.Los ataques aéreos sobre Rafah marcan un momento crucial en el conflicto de Gaza, al atraer de nuevo la atención sobre el coste humanitario y el estancamiento estratégico.
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