En lo que supone el revés militar más importante de Israel en los últimos tiempos, veinticuatro soldados israelíes murieron en Gaza. Esta pérdida fue anunciada por el ejército israelí el martes en medio de un importante asalto terrestre en la región, marcando la primera escalada significativa del conflicto en el nuevo año.
Según el portavoz militar, contralmirante Daniel Hagari, la mayoría de las bajas se produjeron cuando los militantes atacaron un tanque cercano, provocando una explosión en dos edificios previamente minados por las fuerzas israelíes. Sólo este incidente se cobró 21 vidas. Anteriormente, otros ataques en el sur de Gaza causaron otras tres bajas militares israelíes.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, expresó su dolor por las pérdidas y declaró: “Ayer vivimos uno de nuestros días más difíciles desde que estalló la guerra”. Prometió que el conflicto continuaría hasta lograr la “victoria absoluta”.
Las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) han intensificado sus operaciones en Jan Yunis, la principal ciudad del sur de Gaza. Las FDI afirman que esta zona es ahora un bastión central de Hamás, el grupo islamista que gobierna Gaza. El comunicado militar destaca una importante operación en la que las FDI cercaron Jan Yunis y entablaron combates cuerpo a cuerpo, que causaron la muerte de numerosos combatientes palestinos.
Sin embargo, esta ofensiva ha tenido graves consecuencias para la población local. Funcionarios gazatíes informan de que las fuerzas israelíes han bloqueado y asaltado los hospitales de Jan Yunis, obstaculizando el acceso a la atención médica de heridos y muertos. La situación ha llegado a ser tan grave que se están enterrando cadáveres en los terrenos del principal hospital Nasser por motivos de seguridad.
La Media Luna Roja ha informado de que un proyectil de tanque ha impactado contra su sede y que aviones no tripulados han atacado a los que se encontraban cerca, lo que ha complicado aún más las labores de rescate. Aunque Israel sostiene que Hamás opera en torno a estas instalaciones médicas, lo que las convierte en objetivos legítimos, el personal de los hospitales y Hamás han negado estas afirmaciones.
En Gaza, los palestinos perciben las pérdidas militares israelíes como una victoria simbólica. Residentes como Abu Khaled, refugiado en Deir al-Balah, expresan una mezcla de sufrimiento y resistencia, reconociendo el elevado número de víctimas, pero también el impacto sobre las fuerzas israelíes.
Desde el 7 de octubre, cuando combatientes de Hamás rompieron la valla fronteriza, el conflicto se ha intensificado drásticamente. Las autoridades palestinas hablan de más de 25 000 gazatíes muertos y muchos más en paradero desconocido. La situación humanitaria es desesperada: la mayoría de los 2,3 millones de habitantes de Gaza están desplazados y carecen de productos básicos como alimentos, medicinas y agua potable.
Esta campaña militar también está provocando el descontento interno en Israel. La postura de línea dura del primer ministro Netanyahu contra un Estado palestino y su compromiso de erradicar Hamás están provocando divisiones, incluso dentro de su propio gobierno. Gadi Eisenkot, miembro del gabinete de guerra de Netanyahu y antiguo jefe del Estado Mayor militar, ha criticado abiertamente la estrategia actual y ha pedido elecciones debido a la pérdida de confianza de la opinión pública.
El conflicto tiene implicaciones más amplias, desencadenando la violencia en todo Oriente Próximo. Grupos alineados con Irán, el principal adversario de Israel, han intensificado sus actividades en Líbano, Irak, Siria y Yemen. El movimiento hutíes de Yemen ha intensificado sus ataques en el mar Rojo, alineándose con Gaza, lo que ha provocado nuevos ataques aéreos de Estados Unidos y Gran Bretaña.
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“Por ahora, solamente le puedo confirmar que necesitamos todos los dólares que podamos conseguir”, dijo el coronel Antonio de la Guardia.
