Hace tres años, la administración Trump tomó la importante y controvertida decisión de incluir a Cuba en la lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo (SSOT). Esta medida, vista como un golpe de despedida del presidente saliente, ha desencadenado desde entonces una serie de sanciones contra la nación caribeña, con impactos duraderos y profundos.
Los últimos acontecimientos han aumentado la complejidad de la situación. A pesar de las expectativas en sentido contrario, la administración Biden no ha iniciado una revisión de esta designación. La revelación, según informa Michael Galant en The Hill, ha dejado a los miembros del Congreso “furiosos”, especialmente a la luz de las garantías previas de que se llevaría a cabo dicha revisión.
La inclusión de Cuba en la lista SSOT por el presidente Trump fue recibida con consternación y críticas generalizadas. Los críticos argumentan que la designación fue insensible e injustificable, especialmente teniendo en cuenta la grave crisis económica y humanitaria que Cuba enfrenta actualmente, una crisis atribuida en gran medida a las políticas estadounidenses, incluido el embargo de décadas.
El embargo estadounidense contra Cuba, en vigor desde hace más de 60 años, ha afectado principalmente a la población cubana. Galant señala que las sanciones han privado a la economía cubana de más de 130 000 millones de dólares y han restringido gravemente el acceso a bienes esenciales, provocando un aumento del hambre, la pobreza y un menoscabo sistemático de los derechos humanos. El carácter amplio de estas sanciones económicas se considera abrumadoramente perjudicial para la población civil del país afectado.
Durante el mandato del presidente Obama se produjo un breve respiro en esta larga hostilidad. Obama dio pequeños pero significativos pasos hacia el deshielo de las relaciones diplomáticas con Cuba. Uno de esos pasos fue la eliminación de la designación SSOT que se había impuesto originalmente durante la era Reagan. Sin embargo, estos avances se revirtieron en gran medida bajo la administración Trump, lo que llevó a un aumento de las sanciones y a un empeoramiento de la situación humanitaria en Cuba.
Las ramificaciones de la designación SSOT se extienden más allá de las sanciones directas. También afecta las relaciones internacionales, con empresas e instituciones financieras de todo el mundo, que a menudo optan por cortar las conexiones con Cuba para evitar ser sancionados por asociación con un designado “patrocinador del terrorismo”. Este exceso de cumplimiento extiende de hecho las restricciones bancarias estadounidenses a todo el mundo, aislando a Cuba del sistema financiero internacional.
La crisis humanitaria en Cuba ha alcanzado niveles alarmantes, empujando a cientos de miles de cubanos a buscar seguridad económica en Estados Unidos. A pesar de esta grave situación, la administración Biden aún no ha eliminado la designación SSOT. La base de esta designación, principalmente la acogida por parte de Cuba de miembros del movimiento guerrillero colombiano ELN para mantener conversaciones de paz, ha sido ampliamente cuestionada y calificada de “falsa” y “absurda” por funcionarios tanto de la administración demócrata como de la republicana.
Con la dimisión del senador Bob Menéndez de su cargo a raíz de una acusación, y el desmentido de las afirmaciones sobre Cuba apuntando a funcionarios estadounidenses con armas futuristas, parece haber poca justificación estratégica para mantener esta postura, considera Michael Galant. Además, asegura, la oposición global al embargo es generalizada, con líderes latinoamericanos especialmente críticos con la política estadounidense hacia Cuba.
El escenario actual presenta una oportunidad para que la administración Biden cambie su enfoque. La relajación de las sanciones podría mitigar las presiones migratorias en la frontera sur, alinearse con la opinión popular y ofrecer una oportunidad para restablecer las relaciones con Cuba. La exclusión de Cuba de la lista SSOT se considera un primer paso crucial en esta dirección, una medida que ha obtenido el apoyo de diversos sectores, como grupos religiosos, abogados, empresarios y más de 100 miembros del Congreso, insiste el analista.
Sobre el autor: Michael Galant es Investigador Senior Asociado en el Centro de Investigación Económica y Política de Washington, D.C.
La crisis humanitaria en Cuba se agrava a las puertas de 2024
Por Isabel Díaz
En 2024, Cuba se enfrenta a una grave crisis humanitaria, con enormes urgencias económicas y alarmante desesperación social. La emigración sigue funcionando como única válvula de escape.
