La Alemania nazi no existe, mi amor

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Cada Halloween en Cuba es la misma historia. Los cubanos ofenden al Estado totalitario.

Pobrecito el Estado.

Y qué malos, pero qué malos son los cubanos.

Debe ser culpa de la guerra sucia y el embargo financiero de Washington contra La Habana. Debe ser culpa del cruel capitalismo global que impone modelos de neocolonización para desestabilizar al Estado revolucionario, que ni siquiera ha cumplido todavía sus primeros 65 años de poder vitalicio.

Uno podría pensar que los cubanos se disfrazan de los líderes momificados de la Revolución Cubana. Para derrocarla a golpe de pelucas y maquillaje. O que se visten para profanar a sus miles de mártires, apóstoles y demás santurrones de la liturgia comunista.

Pero no.

Los cubanos se visten al estilo del Ku Klux Klan, por ejemplo, como ocurrió en el Halloween pasado en Holguín, en franca referencia a los siglos de racismo genocida en los Estados Unidos de América.

Y este fin de semana, en el cine-teatro Maxim Rock de la capital cubana, otro ejemplo, los cubanos caricaturizaron a un oficial nazi de la Segunda Guerra Mundial, para que quedara claro que los militares malos no son los de la hoz y el martillo local, sino sus enemigos retóricos de la esvástica y el bracito en alto.

Heil, Hitler. Fuck Hitler.

Pero no. Para los represores cubanos no es suficiente con que la gente trate al KKK y al Führer como si de brujas ninfómanas y hombres-lobos se tratara. En el estalinismo del siglo XXI, a nuestra ciudadanía cautiva ya no se le permite ni representar a los espantajos del fascismo internacional.

La claustrofobia ha hecho metástasis mental. Y ahora es peligroso hasta posar de fantoche en esa Cuba inercial en la que, en este mismo noviembre, podría morirse Raúl Castro.

Múltiples cubanos reales van ahora a perder sus trabajos, sus carreras profesionales, y su libertad. Todo por el disfraz de un déspota extranjero y un partido político europeo que en 1945 perdió la guerra contra el comunismo y fue borrado de la faz del planeta.

La Alemania nazi no existe, mi amor. La Cuba comunista, sí.

Una nación entera continúa con su soberanía secuestrada por una casta de matones sin escrúpulos. El Partido Comunista de Cuba también sigue ahí, intacto, en plena luz. Ningún jerarca será juzgado por la comunidad internacional. Tampoco ninguno pedirá perdón en público por el cubanicidio que cometieron hasta garantizar que la Revolución Cubana fuera irreversible. Es decir, irreparable.

Millones de individuos concretos han sido mutilados mortalmente en Cuba y fuera de Cuba, incluso cuando se sometieron ciegamente a Fidel y Raúl. La mayoría, pagaron un precio altísimo precisamente por su fidelidad sin fisuras al poder uniformado de verde oliva.

Nadie escapa a la ratonera terminal del castrismo. Ganaron, repinga, sí. Pero la Revolución no tiene quien la quiera. Ni siquiera cuenta con quien se disfrace de ella en una de esas imitaciones insulares de Halloween.








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Cubanos que escapan de Cuba y no se olvidan nunca de los cubanos

Orlando Luis Pardo Lazo

El evangelio de un béisbol que es patrimonio de nuestra nación desaparecida.






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3 Comentarios
  1. 👏

    Esto se dice en la declaración…👇
    “vulneran la moral y los principios sobre los que se funda el proyecto social cubano y hieren la sensibilidad ciudadana antifascista, antirracista y antisionista”.
    No sé si es un disparate o coherencia inconsciente -o consciente- con la postura antisraelí del pcc de larga data sobre los cubanos -«sensibilidad ciudadana antisionista». Imagino que como se ha manipulado tanto el término sionista, no tengan ni la menor idea de lo que significa -o sí. De cualquier manera los gobernantes cubanos están en contra del Estado de Israel cual la postura más fundamentalista árabe. Favorece entonces la redacción a esa convicción antisionista que fue la principal causa del problema que desangra hoy la región. No reconocer el sionismo, fundado en el siglo XIX bajo el auge de los nacionalismos por el legítimo derecho a tener un Estado para los judíos, es realmente inconcebible.

    ¿Acaso un «Caballo de Troya» para acabar de cerrar el Templo de los rockeros cubanos?
    ¿Acaso la ignorancia dió la posibilidad al poder de salirse con la suya?
    ¿Nacimos en totalitarismo y no conocemos cómo funciona el mundo libre?

    Halloween se nutre de brujas, licántropos, vampiros, asesinos, antropófagos, putas, maricones, chulos; personajes reales, de ficción y de la imaginería de la gente; monstruos de todo tipo… ¡Qué sé yo!

    Los ministerios de cultura y las políticas culturales no deberían existir -la cultura no se rige; menos aún, la cultura artística.
    Solo son parte del mecanismo de poder para limitar y controlar las libertades y derechos de las personas.

    ¿Acaso se van con la de trapo?
    ¿Acaso siempre a la tremenda?

    Mucho ruido sin nueces…

    Me voy por privatizar el Maxim Rock, convertirlo en una «Mipyme», y que el sacrosanto Estado Socialista Irreversible de Derecho legisle -como sí hicieron los alemanes- la prohibición del uso de cualquier elemento que refiera al deleznable nazismo.

    Me apunto con un pequeñísimo patrimonio para ser socio de la empresa privada Maxim Rock.

    1. Sencillamente brutal amigo! Ud interpretó a conciencia la realidad que vivimos, que supera la fantasía y en ocasiones da deseos de vomitar. Saludos.

  2. Según se dicen algunos amigos frikis estaban buscando hace rato alguna justificación para cerrar el Maxim – Rock. Se habla de que fue “montado”

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