Cubanos de Taguayabón en la corte del King Charles III

“El mundo trina, y todos dentro de él. La gente cambia y la ilusión también”.
(Fórmula V, 1969) [y no era un charles.ton]

Acaba de concluir en Reino Unido la vista oral de un proceso judicial instigado por una demanda interpuesta contra Cuba, que tomó más de una semana. 

El 25 de noviembre de 2019, el entonces director de Operaciones del Banco Nacional de Cuba (BNC) autorizó la cesión de una deuda viejísima y traspapelada de su entidad, desde el ICBC Standard Bank —una filial británica del homónimo Banco Chino—, a un comprador de riesgo en Caiman Islands.

¿Quién lo diría? A doscientos sesenta años de la toma de La Habana por los ingleses, ahora les devolvemos la tomadura; “y ahí están; ahí están: The Cuban Tracatans”. (Eso sí que suena criollo, igualito a los acorchados baluartes de la “resistencia creativa” inmersos en cotidiana inopia.)

Algo así blande nada menos que la Contraloría Nacional,[1] la cual solo descontrola a algunos entes con la muela daltónica, mientras se fuma El Gran Tabaco tranquilamente… el que le encendió Murillo en su vuelta-bajera estampida.

España, otrora aliada de Francia contra Inglaterra, ahora aporta en la puja un bufete de abogados (ex aequo, con parias del patio) para intentar salvar la honrilla (de la hornilla) del régimen sentado sobre el banquillo y no al revés, comme d’habitude.

No se leen nombres ilustres —a lo George Washington— entre esas filas de cara-dura-apoyatura. Como “los que resistieron con valor a la armada impía del imperio ultramarino” en aquella fecha gloriosa de chambelanes cambiacasacas.

Es que fue, durante la Guerra de los Siete Años (1762) y tras dos meses de feroces batallas navales para apoderarse del puerto Morriñento, que Pepe Antonio, alcalde mayor, sacó la cara por su amada Guanabacoa, cuando cundió un pánico que hasta los días de hoy nos acojona. Y desde entonces, adiós felicidad. 

Aquel libertador que aún lidera la faz del verde billete mundial, iba enganchado a su vera, internacionalistamente comprometido: brigadista de respuesta rápida en desatar oprimidos; y no como nuestro Martí, que en idéntica denominación unitaria se cae de cabeza ante tan violenta devaluación, a punto de verse convertido, a la par de los bolívares chavistas, en simpática y barata artesanía pop.

No se leen nombres ilustres entre esas filas de cara-dura-apoyatura.

Ahora llevan estos british más o menos lo mismo, pero detrás de sus caudales malhadados/malhabidos. Y no tenemos, sino Hum-bretero López (HL) “salvavidas” que viaja gratis hasta el concilio, en pos de su gloria sin memoria, pues la defensa de mixturados juristas representando al coco castrista es simplemente grotesca.

El impresentable expresentador del mellado programita Con Filo ha comenzado, a una semana exacta del consabido performance, su transmisión pirata, desde la Watch Tower londinense, sin el permiso expreso —que se sepa— para exponer cuitas y diretes de la corte dirimente.[2] Pues visibilizar juicio aún no terminado es ilegal, pero imperioso en son de airear la adorable autoridad partidista que le regaló al diputado un Geely (chapa P-777-222) y hasta un puesto preeminente en el molinillo-cebador de la estela sóviet: CCPCC. 

Pero, ¡oh maravilla!, se pronuncia nuestro magíster —cual si fuera muy a priori— y en modo anglo-escribiente —adelantándose al anhelado (re)desembarco de cruceros yanquis en La Vana— con el empleo de términos bufos como barrister, en ese artículo suyo del libelo predilecto.[3] Si se mira bien el guiño-desliz, HL debió expresarse en cirílico eslavo, más en horma, del lustroso retroceso a la lengua sobadora.

Mientras El Necio y aquel se entretienen con el purismo de lo que dijo o no el Apóstol en su larga labia trajinada, la exuberancia por la vida decadente y lujosa a costa de la miseria de enormidad de cubanos es totalmente ignorada en la parafernalia verborreica del peripatético Pedro Jorge Velázquez, o en la oralidad supina de don nimiedad: Michel Enrique Torres Corona. Un par de desinencias vocingleras ad hoc

Por primera vez se puede mandar a callar a estos monigotes engreídos; “únicos depositarios de la verdad”, la cual solo sirve a cubanos sordomudos y desarmados, al no poder disfrutar los desmentidos que desfilan en aquel estrado, no solo aportando la verdad-verdadera, sino exponiendo una por una las múltiples maneras de embarrotar tantos mensajes cínico-inicuos, predestinados a esa otra audiencia cada día más tarada y desconectada de todos los cab£es y post€$ de ETECSA.

HL estaba en la corte no para defender a “su Gobierno”.

HL, de hecho, estaba en la corte no para defender a “su Gobierno”, sino para confrontar ladinamente sus mentiras, inexactitudes y difamaciones, material muy útil para próximos programas re-gente(h)ables. Porque ese es el combustible inextinguible de toda tiranía “socialista”: jamás permitir opinión que difiera mínimamente de lo que sea se ordene desde Palacio.

En Cuba, los seres comunes “actualizados” de esa manera afrentan colas tumultuosas para conseguir huesos y tripas podridas, presionados a dar hasta las gracias por tamaña desgracia. Mientras en Londres, gastos y ostentaciones transcurren a manos de una delegación que se sabe globalmente fementida, quienes van a perder el caso de alguna —pueril y costosísima— manera.

Abundan los payasos históricos acompañantes del ancien régime, que se dejan el disfraz colgado a la puerta del trial by jury, como si fuera la piel. Pero también en las antípodas del decoro bregan ubicuos Ot(r)a-(h)Ola & Cía (OH). Acompañantes leales a su fuero externo.

A Sara Cockerill, jueza frondosamente apellidada, no le costará demasiado decidir si se trata o no de “un fondo buitre”; el argumento del conflicto, sino, además, amoral, abierto ya a la vista el morral gubernativo insular, tras el doble despelote. 

No en balde HL (sin otro D intermedio que haberse catapultado en el sarao con dinero hirsuto del erario, y expoliado bienes) estaba rascándose la cabeza —y sacándose los mocos—, pues la jueza lo dejó un tincito descentrado al desmontarle su tra(u)ma. Cambiar “riesgo” por “buitre” fue una estocada zoofóricamente fallida. Suerte de jugarreta baldía.

Por otra parte, a lo que el gobierno cubano le ha dado más importancia es al hecho menos defendible —y sostenible desde lo jurídico— que fue considerarlo como tal, desviando (a)ten(c/s)iones, como siempre.

En Cuba, los seres comunes “actualizados” de esa manera afrentan colas tumultuosas para conseguir huesos y tripas podridas.

Habría que entrar en los detalles de las leyes y los acuerdos bilaterales en el momento en que se otorgó el préstamo, con el acreedor original,[4] pero Cockerill dejó claro que en el contrato inicial la aprobación del Gobierno era opcional y hasta recomendable, pero no obligatoria. “La aprobación gubernamental solo es necesaria y obligada cuando se trata de una nueva deuda, pero no de una existente y/o transferida a nuevo dueño”, dijo.

Igualmente, no habría que darle mucha relevancia a los chivos expiatorios presentados por los demandados, sino seguir la formalidad de darle chance, al menos, de presentar una “defensa” coherente y seria. Si el razonamiento del gobierno cubano es que ellos no son responsables de las irresponsabilidades de quienes hicieron responsables —en su nombre—, entonces, bajo tal lógica, nunca serán responsables de ninguna irresponsabilidad cometida por ninguno de sus representantes, arbitraria y sobreentendiblemente protegidos. Bastaba culpar a individuos/súbditos aislados/asalariados para nunca imputar a la institución de marras.

No olvidemos la causa 1/89, cuando fusilar a “irresponsables” fue la salida magnífica al desprestigio mayúsculo del Comandante contrariado y sus enhiestas fuerzas drogadictas. No por el descascaramiento en público ocurrido, sino por no haber tenido el tiempo suficiente para desaparecer evidencias.

Este tipo de truco es viejo; de hecho, lo ensayaron varias corporaciones en todo el orbe antes del descalabro o el colapso mayúsculo en los “días negros” de la bolsa. El término corporate personhood (personalidad jurídica) puede ser de mucha ayuda en lugar de detrimento. La dictaplasta cubana, en cambio, digirió lo que le convino de la execración flamante.

Ese régimen, y en particular las burdas elucidaciones del primado viajantín, soslayan que todo gobierno debe tener personalidad jurídica, lo que significa que es su deber habilitar derechos y obligaciones como regidor y responsable de que individuos que le representan no infrinjan su propia ley u otra extraterritorial. Y si lo hacen, pues haya formalidades escriturales con qué investigarles bajo oportuna transparencia informativa. 

Abundan los payasos históricos acompañantes del ancien régime.

Cara exigencia fue en cambio —¡exchange!— la del (ex)compañero Raúl Eugenio Olivera Lozano, extorsionado ¡con 5 000 CUP!,[5] de la roja y gorda-mano del señor Jeetkumar Gordhandas, quien nunca soltó las 25 000 libras prometidas —ni de arroz con frijoles salvadores—. Hasta hoy no aparece el dadivoso ni bajo alerta de Interpol.[6]

Pero ya sabemos que, en los totalitarismos, la incondicionalidad ideológica estará por encima de cualquier edicto administrativo o temporalidad voluntariosa. Así, transgredir en Cuba el mamotreto jurídico será suerte de juego de tronos, pero pasajero, como lo es y será cualquier H(D)L, supeditado a la destemplanza oficial y una Fiscalía parcializada y arribista que extravió su órbita.

No obstante haberse creado leyes “constitucionales” proteccionistas para con la anuencia de quienes —indiferentes al caos que se autoinfligen— loen que su “gobierno” carezca de personalidad jurídica y no tenga que responder a nadie ni ante nada, la realidad suele depararnos indeseables sorpresas a la vuelta de todas las esquinas: así el presente exabrupto terminaría en acto paralizante.

Es el pueblo el que tiene que girar según se muevan las aspas del momento/clima y, quienes no contribuyan con cualquier ventolera, serán anulados. El PCC, “lícitamente”, no rinde cuentas excepto a sí mismo, abanicándose exquisitamente con el artículo 5. Lo demás es que, si está convencido de su inmunidad absoluta, en tanto no existe legislación que pueda desafiarlo sobre ninguna tarima, esta concurrencia a jurisdicción extranjera (Royal Court of London) les subvierte el andamiaje, precursores del “seguro de sí”. Pero no. Ya veremos los derroteros del falso optimismo.

Para abundar sobre el traído tema, “personalidad jurídica” se limita a la capacidad de las organizaciones para ser reconocidas en tanto individuos, lo que conlleva a ciertos derechos, protecciones y capacidades de los que disfrutan los demás seres normales: exceptuando, obviamente, a los cubanos, geográficamente hiperfatalistas.

Sin embargo, la misma personalidad jurídica no confiere todos los derechos que gozan aquellas mismas personas ¿naturales? Los principales derechos (útiles) para las organizaciones institucionales son “el derecho a celebrar acuerdos contractuales y la capacidad de ser demandado o demandar a alguien (o plurales) ante un tribunal de justicia”. Manquedad que aflige a muchos otros ignorantes.

A Sara Cockerill no le costará demasiado decidir si se trata o no de “un fondo buitre”.

Tal personalidad jurídica está vinculada a la idea de responsabilidad limitada: como la empresa que celebra contratos en lugar de una persona; es a la empresa a la que se le demandará por incumplimiento de ese contrato, en lugar de al individuo. Los ejecutivos firman contratos en nombre de la empresa, no del suyo propio.

Fechada el 18 de febrero de 2020, la impetración se titula CRF I Limited versus Banco Nacional de Cuba & República de Cuba. Entre el miércoles 18 y el jueves 19 de enero del corriente, comenzó la lectura de las alegaciones, mientras el juicio oral se extendió por ocho días. La sentencia será dictada aproximadamente un mes después. 

La vista con testigos ocurrió el lunes 23 de enero a las 10:00 am, hora local, en el Tribunal de Comercio de los Tribunales Reales de Justicia y, como al menos cinco de los declarantes citados por la parte demandante residen en Cuba, el proceso incluyó transmisiones de video en vivo con perrísima traducción simultánea.[7]

De acuerdo con que un juicio por millonaria deuda pudiera provocar duras sanciones contra negocios e intereses del régimen en todo el mundo, algunos activistas independientes nucleados y presentes allí —entre ellos Iliana Hernández, Avana de la Torre, Lázaro Mireles, Adrián Rubio— insistieron en que se trata de “una de las presiones internacionales más importantes jamás hechas contra la dictadura”. Slogan que pulula en Cubanos por el Mundo, la página triunfal del ubicuo OH, antítesis del Con Filo.

“Por eso estamos convocados a evidenciar ante el universo nuestro rechazo. Nos tenemos que ver las caras, nos tenemos que encontrar, nos tenemos que abrazar con la esperanza de que un futuro mejor para nuestro pueblo” es posible, dijo Mireles, emocionado; secretario del Consejo Europeo-Cubano que representa a “18 organizaciones que luchan frontalmente contra el comunismo y sus secuelas”. Para De la Torre, se trata de “una convocatoria sin precedentes donde tiene que estar la mayor cantidad de cubanos” que quepa en el aforo. Por su parte, Hernández destacó: “Aquí vamos a ser testigos de un juicio en contra de la dictadura comunista por el impago a innúmeros acreedores. Que paguen ahora, que los embarguen ahora, no cuando Cuba sea libre, porque ellos son los deudores, no el pueblo de Cuba”.

Cambiar “riesgo” por “buitre” fue una estocada zoofóricamente fallida. Suerte de jugarreta baldía.

Y además: ladrones —lo digo yo.

Mientras, el aparato sinuoso de La Vana ya enfilaba prolijos cañones antinflamatorios, la Superintendencia del Banco Central de Cuba (BCC) hizo pública una escueta declaración donde se deshace de responsabilidad con el compromiso que contrajera su antecesor, el BNC, antes de 1997, cuando fungía como Banco Central.[8]

Ya sabemos que en asuntos de siglas maniobrables, son los campeones, aunque todo siga como está. Cual si fuera esa isla otro país. Con otro Partido. Y nuevo descaro: “El demandante, un fondo buitre constituido como sociedad mercantil offshore, allende la mar océana […]” He ahí el quid destutanador.

En el procedimiento judicial se dirime si CRF es acreedor del BNC y de Cuba (por el monto de 72 millones de euros), quienes defienden “que CRF no es acreedor del BNC ni de Cuba, y nunca lo ha sido”; sin que el novísimo BCC se percate de las decenas de empresas offshore que ha tenido su “respetable” empleador, por todas partes. Una ojeada a los Panama Papers es suficiente.

Se recordará que “los fondos de riesgo compran en el mercado secundario, a precios de remate, las deudas emitidas por países para reclamar el pago inmediato de 100% del adeudo, bajo amenaza de demanda judicial”.

Aunque La Habana inculpó a exfuncionarios “traidores” por presuntamente ceder y “haber aceptado sobornos para entregar los documentos que permitieron a CRF I hacerse con los bonos” que ahora se le reclaman, la defensa decidió abandonar ese argumento en diciembre último cuando CRF I alegó que “el caso de excepcional corrupción adminitrativa fue fabricado por La Habana” para tratar de eludir su “eterna” (ir)responsabilidad.

De todos modos, algunos de los encartados que el régimen sentenció en un proceso secreto en 2021 estaban notificados como testigos por la parte acusada. (Deben de haberse movido esposados… y si lo hicieron no se supo, pero sin sus queridas-esposas.)

En el contrato inicial la aprobación del Gobierno era opcional y hasta recomendable, pero no obligatoria.

“La Superintendencia del Banco Central de Cuba, como órgano de carácter técnico, con autonomía para el ejercicio de funciones asignadas por la Ley, relacionadas con la inspección, vigilancia y control sobre las instituciones que realicen actividad financiera y bancaria en el país, informará oportunamente los resultados de este proceso”, concluye la nota inusual del inescrutable BCC.

Por su parte, la página del trajinado Banco Nacional de Cuba se limita a reproducir las mismas palabras de la Madre Superiora.

Lo que suceda en Londres será de alguna relevancia, según dijeron expertos, porque “si La Habana pierde el caso y no llega a ningún acuerdo con la parte acreedora, la corte podría darle luz verde para perseguir activos cubanos doquiera se localicen”.


Breve resumen de lo tea-trágico

Otra acusación importante a visibilizar, y que se ha soslayado dado el empuje colosal del actual proceso jurídico, es que el Banco que especula, de propiedad china en el Reino Unido, demandó antes al mismo BCC; y el Gobierno se hizo el loco, porque sueco no pudo. Y mucho menos achinarse.

¿Demandar a los titulares de cuentas custodios o ser demandado por ellos surtió algún efecto? Simpático es que Cuba fuera demandada por su “buen amigo” asiático, quien aún se tilda de “comunista” y que acaba de “regalarle” 100 milloncitos tras la gira desquiciada del premier. Aquel monstruo tragaperras que no cree en adeudos “perdonables”, tras años de desbanques continuados desde la misma “Isla de la libertad” —antaño roja—, sigue siendo una malísima paganini y termina clavando a quien le preste, como sea. Ya darán cuenta de ello los futuros intereses del putinasco. Pues saldrán a volar las bicicletas Flying Pigeon y Ace Forever, finas acompañantes en el ruedo de la sustracción Special Period Part I et al.

El proceso mentado ocurrió el 28 de mayo de 2021. ¿Por qué Humberto López no lo mencionó como parte del contexto financiero adverso en que se encuentra el “patrocinador estrella” para con todos sus acreedores, no solo los socios ideológicos?

Bastaba culpar a individuos/súbditos aislados/asalariados para nunca imputar a la institución.

Bueno, ustedes, lectores, seguramente conocen la respuesta: ¡Elemental, queridos Watsones![9]


Darle sentido a lo litigante

El monto original va de €11 504 067.33 con Credit Lyonnais y €2 939 928.32 con IBI. Luego, estallará el otro conflicto al multiplicarse, convertidos a la postre en libras esterlinas, los fluctuantes dígitos.

La pregunta sería: ¿cómo es posible que los intereses con el primero sean de €41 586 050.23 y con el segundo de €16 092 618.82?

Si el desgobierno cubano pierde este juicio, como todos aseguran, inmediatamente tendrá que pagar —tan solo por disputas legales— casi el valor de la deuda original a Credit Lyonnais. ¿Se dan cuenta del nivel de incompetencia?

Los 100 millones chinos tal vez sirvieran para @co(r/n)donarse en masa los números prófugos. 

Considerando que evasión significa que el aparato gubernamental zorrunamente dejó de abonar hasta los intereses cuando fue contraída, y punto. El comandante soberbio debió aupar tal prerrogativa con su política demagógica, estando al frente de los países no alineados invocando “lo impagable” y demás lindezas surrupias del capitalismo, al que su propia claque —y mucho más sus “continuistas”— terminó idolatrando. Vivir para verlo. ¡Ay! 

¿Realmente esperaba el régimen actual de la Isla que iba a mantenerse por toda la eternidad rescindiendo haberes con el resto del orbe civilizado sin consecuencias? Ese mundo no es ya soviético ni chino ni venezolano. ¡No lo pierdan otra vez de miras, berracos!

Por supuesto que no habrá nuevo crédito confiable para tan pésimo saldador. Esa es la única razón por la cual la deuda terminó vendida a fondos foráneos, dada la inhabilidad demostrada para renegociarla.

El proceso incluyó transmisiones de video en vivo con perrísima traducción simultánea.

Llamarle así (“buitre”) —por su alteza televisiva— tiene la intención cínica de ocultar la embarazosa torpeza del ¿Estado/Partido? en reconocerse vulnerable durante las tres últimas décadas hasta en que se le sumaron gravámenes e intereses. 

Al banquillo ha ido, no el pueblo cobarde de Cuba, el cual ha permitido que lo ultraje quienes sin sonrojo manosean los aciagos destinos del país, sino la verdadera esencia —corrupta y cínicamente victimaria— del boato suyo. Al menos es ya certeza que este conglomerado humano, si no se ha rebelado hasta hoy como lo hizo contra anteriores dictaduras, tampoco restó evidencias con su excesivo silencio cómplice.

Hora es de pagar pues, por todos los “errores” cometidos: los nuestros y los vuestros.
Si la mafia castrista pierde al fin el reclamo —en marzo debe saberse—, no podrá argumentar que también es “culpa del neoliberalismo y el imperialismo”, porque sus funcionarios enjaulados estarán a punto de ser fusilarlos por obedientes. Ya que fueron ellos quienes escogieron esta “prestigiosa institución” para el diferendo y no al revés. (Según palabras protocolares de sus caribeñas royalties, muertecitas de entusiasmo revolucionario.) Tendrán que dejar Londres con el rabo entre las patas, resarcir a los abogados del proceso (5.8 millones USD), dar perretas en contra de la cruel decisión segur(os)amente fraguada en Langley, elaborar otra apelación formalmente costosísima y regresar a Cuba a contarles el cuento ¿chino, británico? al pueblo-zafio que aún les presta atención inmerecida.

Pero muy importante: los resultados del juicio a favor o en contra de Cuba no suprimirán o concederán nada al final, puesto que ambos tendrán el lógico derecho de apelación. (Obvio es que presumir de domador en ámbitos de “democracia” ajena, concita embobamientos que han sido ataviados con abundante baba.)

No obstante, si Cuba pierde —o gana— tendrá que vaciar la bolsa con sus acreedores en cuestión, además de dilapidar 3 224 246 USD exclusivamente en honorarios. Nadie, ni el BCC —financiador del avituallamiento a través de su cuenta especial partidista—, develará jamás cuánto costó al país el paseo londinense ni el traqueteo subsecuente.[10]

Esto significa que el pueblo cubano dispondrá de inmediato alrededor de 9 millones USD menos en sus arcas ya esmirriadas. Si hoy apenas queda algo para el mero sustento, ¿qué habrá para después? Este verano se preanuncia bien caliente, pero será fríamente desabastecido. Las medidas que se tomen siempre dejarán margen escandaloso para que la corrupción se solace. Y eclosione la perseguidera de la pene-erre.

Un juicio por millonaria deuda pudiera provocar duras sanciones contra negocios e intereses del régimen en todo el mundo.

El hecho de que la ontología revolucionaria se haya reducido a estas dos alternativas a saber: o se abre una batalla a muerte contra el adversario —real o concebido— o solo se aceptan cambios cosméticos de naturaleza intestina, dice mucho de esa forzosa, tozuda, y tóxica estupidez.

En ese sentido, el problema de la Revolución cubana y sus líderes actuales o pasados no es que se crean o hayan creído controlar la entera verdad per se, sino que se han convencido de que la tienen que tener porque sí; pues, de no ser así, toda la sociedad estaría condenada a un letargo extraño, y no el que emana de su ambigua (in)gestión de propaganda.

No se trata de si Cuba debería tornarse pluripartidista o seguir siendo monárquica, sino de que si un gobierno pueda ser cuestionado jurídicamente, si así se requiriera, bajo el razonamiento de que, si lo hiciera, pondría en peligro su estabilidad social. Entonces, tal engendro carecería de personalidad adecuada y nunca podría ser puesto en necesario cuestionamiento.

Desgraciadamente, esa es y ha sido la ruindad semántica en la que los “comunistas” están atrapados y han atrapado a los cubanos por más de seis décadas. 

Para que la sociedad cubana salga del ocaso, tendrá que estar dispuesta a la confrontación “ciudadanía versus ideología” y, aunque parezca inevitable el cambio fraude que quieren iniciar con el ímpetu beligerante del capitalismo ruso —encabezando el plan “economizador” el multimillonario Boris Titov, Presidential Commissioner for Entrepreneurs’ Rights of Russia desde 2012—, va a ahondarse decisivamente la indigencia en la escisión. De modo que, en la isla hambreada, se cosechará muy poco del palmario Growth Party.

Porque circunscribir —sin alharaca— el ideograma chino que el Granma anunció como alternativa desesperada antes de la invasión rusa al domo sóviet abandonado (el estudio del pensamiento de Xi Jinping sobre el socialismo con particularidades que son sinónimo del enriquecimiento grosero entre cofrades),[11] los pobres cubanos tendrán que seguir viviendo en el limbo trans-socialista por otro buen rato. En ese mismo halo fatal que abraza hoy a sus muy acallados amiguitos venezolanos que quieren despojarse de la maldición castrista.

Una ojeada a los Panama Papers es suficiente.

Desgraciadamente, no se avizora otra opción que arar con viejos bueyes. El falso cambio no librará a Cuba de la falsía propagandística incriminatoria, sino que la camuflará con tanta pátina “empresarial”, indiferente al cabo de las necesidades reales de los de a pie, porque el imperio ruso se convertirá en el peor enemigo —no del régimen, sino de los que nadan a contracorriente en alcantarillas colmadas con heces hediondas, en las muchas cloacas nacionales a las que ya se han acostumbrado.


Coda: El mal no es trasparente ni necesita serlo para encerrarse en cárceles

El hecho de que hoy el daño antropológico sea ambiguo e inconmensurable no debería llevarnos a criminalizar cualquier tipo de ambivalencia moralista. Está la que excusa a la mera supervivencia. 

Como nunca antes, filtrarlo es hacer justicia. Demasiado filtro, muy poco o ningún filtro, sería la sinrazón de desmedida injusticia.

El principal proveedor de la bancarrota política de Cuba estriba en su incapacidad para comprender el mal absolutamente; el mal interior que hay en ellos, así como lo malvado que medra en sus queridos eNe@migos.

Pulula la convicción entre la gente de que, quien auxilie con bienes o servicios a un cabrón abusador, como mismo chivatea un guarapito empírico a su clase, carece en absoluto de ideología. 

Que ¿qué hay de sustancioso en este truculento juicio?

Pues agradecer que no se haya abonado —como norma estereotipada— ni un quilo prieto a ninguno de los acreedores. Todo mutualista —o Estado— que preste moras a un tiranuelo, merece el castigo heroico de la ruina, cuando menos: el del impago. Cada empréstito hecho a un dictador a lo largo de la historia es una transfusión de sobrevida al potencial asesino que es. Que se jodan. 

No le facilitaron ese dinero “al pueblo” por caridad, ni por ingenuidad, tampoco ante la tentación de la avaricia inmanente a esas ruedas dentadas del capital que los domeña; lo hicieron por afinidad, simpatía ideológica, pues si de algo sabe un banquero ducho es de cuentas, de estadísticas y de inciertas posibilidades recuperativas. Lo demás, es “áreas verdes”, nunca mejor enunciadas.

Si alguien exuda erudición en lavar —y tender—, congelar y/o confiscar activos, son ellos.

Hace unos años, Ricardo Cabrisas Ruiz andaba por París,[12] con rango de ministro plenipotenciario —se sobreentiende que luego regresaría feliz—, “renegociando con el Club” también lo suyo, porque lo de la era sóviet se saldó a puro compromiso inter-famiglias; más allá de ciertas manifestaciones del ramplón triunfalismo a lo Mesa R. y NTV.

El Gobierno se hizo el loco, porque sueco no pudo. Y mucho menos achinarse.

Que ¿qué se consiguió entonces?: nuevo misterio. Habría que preguntar a Juan Mendoza Díaz,[13] presidente de la S(o/u)ciedad Cubana del Derecho Procesal, a ver si su gestión allí desde años antes sirvió en verdad de utilidades que no fueran estirar las prórrogas tipo chicle.[14]

Ahora existe otra circunstancia, una más; pero los acreedores barruntan —sin resultado hasta el momento— en su rol de “buitres” sedientos y al acecho. Porque recuperar la pita —con la carnada— parece subvertir al gran enigma.

Sin embargo —yanqui ni un carajo—, para este abril, se encuentra programada la reelección —por unanimidad asambleísta— del compañero MMDCB —@signado que asemeja el nombre de otro banco, para acaso no desentonar con el entorno. 

Así, lo que se dirima este trimestre en la cascarrabias Europa, a pesar de su miopía en temas de DDHH y en aras de fomentar la debilidad prohotelera de su Comunidad de Naciones —de la que UK salió pitando brexitosamente—, devendrá sobria lección de “equidad jurisprudente”, tan manca al archipiélago ultrajado, desde que la presunta inserción plata(for/dog)mática de aquella cincuentera revolución no consiguió engañar más a algunos “confundidos”.


La culpona

La población no puede tenerla, culpándose a sí misma, de nada decididamente, porque cualquier institución independiente y/o al margen del PCC es considerada ilegítima. Ya sabemos que las ONG no existen en el país porque no las dejan actuar como sujeto autónomo.

Pero es curiosamente desatinado que hasta hagan chistes sobre ello y consideren en los medios masivos del emporio a opositores sin excepción como lunáticos, sin pizca de inteligencia u honestidad. Porque han terminado siendo los neoterraplanistas que aborrecen todas las formas de libertades, en especial la de expresión, refrendada paradójicamente en su demediada constitución de 2019 (art. 54).

Si Jean Baudrillard pudiera actualizar su frase más elocuente acerca de lo inicuo de la “realidad” que impera en los respectivos sistemas políticos actuales, diría: “El (simulado) comunismo no solo se resiste a los que todavía lo critican, sino que también abandona a los que lo defienden. Tal vez sea el modo en que el régimen se vengue de quienes dicen creerle con el único propósito de transformarse, eventualmente; reconvirtiendo sus partidarios a voluntad”. O sea: ad libitum. Porque sí. Y ya está.

¿Cuál es la moraleja que deberían atender tan altísimos pleiteadores ante la corte, y en particular HL como abogado-ex/a-cusado?

Ya darán cuenta de ello los futuros intereses del putinasco.

Pues: “No confundas lo moral con lo jurídico; y si lo confundes y no lo aprehendes, pues manipula todo lo que quieras, que es esencial para fortalecer el sistema totalitario individual, e igualmente de quienes te han arrastrado al común fracaso frente al claustro leguleyo de cariz romano-británico con que —se dice: alguna vez— te ilus-traste”.

La nueva estratagema “comunicacional” urdida por el CCPCC —ergo, la omnisciente Seguridad del Estado— es la explicación doméstica del modo en que lidia con sus connacionales la Fiscalía —otra entelequia— adornada de arbitrariedad. Pero ese diferendo no irá a Londres ni a Constantinopla.

Entonces, “la que se avecina”, para seguir la saga ahistórica del intercambio cuadrilateral hispano-bretón-anglo-cubinski, es que at the mameyes’s time, otro Sir —y no George Keppel, precisely— permute a Miami por Ta-guayabón, tierra tomada por Las Matriotas —híbridas contentas de matronas/matonas que— emulando a Viola Davis en The Woman King, sigan pensándose aunties Ángela. A ver qué pasa entonces con la injusticia veleid(i)osa, tan en boga… y siempre de toga.


© Imagen de portada: Cubanos se manifiestan frente al Tribunal Superior de Londres, en apoyo a la demanda al gobierno cubano.




Notas:
[1] https://www.contraloria.gob.cu/noticias/la-toma-de-la-habana-por-los-ingleses-y-su-retorno-al-dominio-espanol-ii.
[2] https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=pfbid02EpoZEYns5iwx2tkUr4rQ7q7Fp2AAWKs23oUJxcDep1PdSEHcPELbKhB8E8RB3Nkpl&id=100002171678402&mibextid=Nif5oz.
[3] https://www.granma.cu/mundo/2023-01-29/fondo-buitre-admite-que-siempre-pretendio-demandar-al-banco-nacional-y-a-la-republica-de-cuba-29-01-2023-21-01-06.
[4] https://www.cubatrade.org/blog/2023/1/2/jzics90czdk93sotkyuqbyahhvkeoo. Detalles de la reclamación: 
– La Demandante (CRF I) es una sociedad constituida bajo las leyes de las Islas Caimán, que posee obligaciones impagadas de la deuda soberana cubana. 
– el Primer Demandado es el Banco Nacional de Cuba (BNC), en papel de Prestatario y en virtud de las Deudas que se describen más adelante; 
– El Segundo Demandado es la República de Cuba (Cuba), que es el Garante de dichas Deudas. 
– CRF I reclama, como concesionario en virtud de una Notificación de Cesión y Acuerdo(s) de Obligarse de fecha 13 de junio de 2019, a la que los Demandados confirmaron su acuerdo mediante carta de BNC, de fecha 25 de noviembre de 2019, las sumas que le adeudan los Demandados como Deudas y las Garantías que se detallan. 
– Las Deudas comprenden los siguientes acuerdos escritos: (1) una “Deuda a corto plazo no relacionada con el comercio” de fecha 17 de enero de 1982, suscrita entre BNC como “Prestatario” y Credit Lyonnais Bank Nederland NV, como “Banco” en su versión modificada, (la “Deuda Credit Lyonnais”); y (2) otra “Deuda a corto plazo no relacionada con el comercio” de fecha 30 de enero de 1984, suscrita entre BNC como “Prestatario” e Instituto Banco Italiano como “Banco” en su versión modificada (la “Deuda 181”) (conjuntamente las “Deudas”). 
– Era un término de cada una de las Deudas que Cuba suscribiera una garantía de las obligaciones del “Prestatario” en virtud de las mismas, sustancialmente en la forma establecida en la Parte IV de los “Particulares” de las Deudas (véase la Cláusula 23 de la Deuda de CL y la Cláusula 23 de la Deuda de IBI). Cuba suscribió dichas garantías: (1) con respecto a ella, en fechas actualmente desconocidas para CRF I, pero en cualquier caso antes del 25 de enero de 1984 (como demuestra la carta de BNC de esa fecha a Credit Lyonnais Bank Nederland, NV); y (2) con respecto a la Deuda IBI, el 30 de enero de 1984 (conjuntamente, las «Garantías»).
– Como se refleja en la carta de BNC de fecha 25 de noviembre de 2019, los importes principales de las Deudas (excluidos todos los intereses devengados y no pagados) son: (i) 22.500.000 DEM (equivalentes a 11 504 067.33 €) respecto a la Deuda de Credit Lyonnais; y (ii) 5 750 000 DEM (equivalentes a 2 939 928,32 €) respecto a la Deuda de IBI.
– Se han devengado intereses sobre dichos importes de principal de conformidad con los términos de las Deudas.
– [Se] establece, con respecto a cada Deuda, el principal y los intereses devengados que se adeudan a CRF I en la fecha del presente Formulario de Demanda y el tipo diario al que se seguirán devengando intereses después de esa fecha.
– CRF I tiene derecho y reclama de cada uno de los Demandados como “Prestatario” en el caso de BNC y como “Garante” en el caso de Cuba: (1) la suma de € 72 122 664,70 en concepto de principal e intereses devengados en virtud de las Deudas; y (2) una suma adicional a cuantificar en concepto de los intereses adicionales que se hayan devengado en virtud de las Deudas en el momento de la sentencia o del pago, lo que ocurra primero.
[5] https://www.interpol.int/es/Como-trabajamos/Notificaciones/Las-notificaciones-rojas.
[6]https://static1.squarespace.com/static/563a4585e4b00d0211e8dd7e/t/61ab9a0530cbd27514348edf/1638636039555/2021.07.23_CRF+v+BNC+and+Cuba_Points+of+Defence.pdf.
[7] https://www.gov.uk/government/publications/business-and-property-courts-rolls-building-cause-list/business-and-property-courts-of-england-and-wales-cause-list#commercial-court-kings-bench-division.
[8] El 13 de enero de 2023, un Comunicado del Banco Central de la República de Cuba remitía: “La Superintendencia del Banco Central de Cuba informa que actualmente se está desarrollando en Londres un procedimiento judicial ante el Tribunal Superior de Justicia británico por una reclamación de recuperación de deuda contra el Banco Nacional de Cuba (BNC) y la República de Cuba. El demandante es CRF I Limited, un “fondo buitre” constituido como sociedad mercantil offshore en Gran Caimán. Como se conoce, los fondos buitres compran en el mercado secundario, a precios de remate, las deudas emitidas por países, para reclamar el pago inmediato de su 100% bajo amenaza de demanda judicial. En el procedimiento judicial se dirime si CRF es acreedor del BNC y de Cuba (por el monto de 72 millones de euros), quienes defienden que CRF no es acreedor del BNC ni de Cuba y nunca lo ha sido. El objeto de este procedimiento es deuda pública porque fue contraída por el BNC antes de 1997, cuando tenía funciones de Banco Central. Desde entonces, el BNC no tiene facultad para actuar en nombre del gobierno cubano. Tampoco para aprobar cesión de deuda pública sin la autorización previa del Ministerio de Finanzas y Precios y del Consejo de Ministros, dado que el BNC no puede, en ningún caso, autorizar la cesión de garantías otorgadas por el Estado (garantías soberanas). El BNC y Cuba jamás han desconocido sus deudas y han mantenido siempre el interés de negociar con sus legítimos acreedores. Tanto el BNC como Cuba están personados en el procedimiento y defenderán sus derechos. La Superintendencia del Banco Central de Cuba, como órgano de carácter técnico, con autonomía para el ejercicio de sus funciones asignadas por la Ley, relacionadas con la inspección, vigilancia y control sobre las instituciones que realicen actividad financiera y bancaria en el país, informará oportunamente los resultados de este proceso. 
Superintendencia del Banco Central de Cuba»
(¡Tenía que ser en otro fatídico 13, y otro el “gobierno”!)
[9] [https://www.cubatrade.org/blog/2021/12/19/lcm85qu30wze8jp448brs667rdzt88k.
[10] https://www.pcb-byrne.com/.
[11] https://www.granma.cu/mundo/2022-11-17/inauguran-seminario-de-formacion-de-cuadros-entre-cuba-y-china.
[12] https://twitter.com/PresidenciaCuba/status/1403714937252462598?t=PcPJF_cBstG2HQHhXGEFJQ&s=19.
[13] https://www.unjc.cu/miembros/juan-mendoza-diaz/.
[14] https://www.uv.es/medarb/GIP_MEDARB/pdf_CV/cvmendoza.pdf.





El embargo estadounidense no tiene nada que ver

Lillian Guerra

Es una vergüenza que la ONU ayude a sostener la ficción de que los cubanos pasan hambre y huyen del país por culpa del imperialismo estadounidense.






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