Una entrevista exclusiva con el cineasta Pavel Giroud a propósito de su más reciente película ‘El caso Padilla’.
‘El caso Padilla’: epopeya del espanto y el sudor
Lo que se presentó esa noche frente a los escritores cubanos era un Heberto Padilla prensado a varias atmósferas, licuado y refundido en una fragua violenta e implacable.
Legna Rodríguez Iglesias
Legna Rodríguez Iglesias (Camagüey, Cuba, 1984) es poeta, narradora y dramaturga. “53 noviecitas” es su columna semanal en ‘Hypermedia Magazine’.
Adonis Ferro: selfi con ojos cerrados
¿La poesía nos devolverá lo que nos arrebataron los gobiernos? Es una pregunta que pareciera una respuesta.
Disculpas a ustedes, escritores, los convertidos, no heredarán el reino
Como una asesina en serie reconstruyo cada fragmento para no sentirme una prófuga. No sé si todo esto no era más que delirios de otros pacientes contagiados con la peste.
Ilusión óptica
Si te quedas mirando la foto por al menos medio minuto, ocurre en la mente humana una curiosa ilusión, no tanto óptica como sentimental. Déjame un comentario si la logras ver.
Lo más reciente
Julio Hernández Cordón: cine de alma y de guerrilla
Julio Hernández Cordón nació en Estados Unidos en 1975, de padre mexicano y madre guatemalteca. Siempre ha sido un referente para mí, una fuerza infinita para poder hacer cine, aunque no tengas ni un peso. Su obra es difícil de catalogar, pero lo que nadie puede negar es que en sus imágenes hay una bomba tremenda.
Du côté de chez Proust
En À la recherche du temps perdu, un “Ya me duermo” o un “Buenos días” son literatura, sin que para ello tengamos que percibir el resonar del artefacto literario. Proust transforma las estructuras sintácticas sin hacer ruido, las tapiza con el mismo corcho que cubría las paredes de su cuarto.
Vacaciones forzadas
He continuado denunciando el castigo ilegal del gobierno cubano a los profesionales, condenados a ocho años de separación familiar; así como el trabajo esclavista en las misiones médicas.
Raúl Cordero: “Yo no me considero un exiliado”
Conocí a Raúl Cordero en La Habana a mediados de los años noventa, pues viví por un tiempo frente a su apartamento en la Avenida de los Presidentes. Su personalidad y su arte me cautivaron inmediatamente. Vivía como le daba la gana, pintaba cuando quería, escuchaba buena música, sabía mucho de todas las artes y jugaba al tenis, como yo.
El método de las pasiones físicas
Cuando Lasso Rohjo se fue a la guerra, la muchacha también se fue a la guerra.
No a la misma guerra, por supuesto, pero como guerra al fin, se corría un gran peligro.
La Batalla de: esperar o no esperar.